Pero qué duros son los lunes, y más
aún siendo 31 de agosto. Nuestro pueblo se vacía, vuelve un poco a su ser. La
saturación de coches afloja y la tranquilidad ya se palpa por las calles. Aún
son muchos los que apuran sus vacaciones y algunos privilegiados los que las
empiezan, pero la inmensa mayoría ya hacen sus maletas y nos abandonan.
Para los residentes y muchos de
los que nos visitan queda la guinda del pastel. Una semanita y comienzan
nuestras fiestas. Luego sí que el pueblo se vacía de verdad. Bueno al menos eso
era antes, cada vez más ese paréntesis que se producía después de las fiestas
en el que veías como bares y comercios colgaban el cartel de “Cerrado por Vacaciones”
se difumina más y la actividad del pueblo lo mantiene a pulso.
El colegio es también uno de los
que contribuyen a que no se vaya tanto la gente de vacaciones “alegremente”
cuando el día 11 de septiembre entonamos nuestro particular “Triste de mi…”, ya
que no conviene que nuestros pequeños falten (aunque sean los primeros días del
curso) por el hecho de irnos de viaje. Y es que, aunque el cambio de aires es
muy recomendable y a nadie le amarga un dulce marchándose unos días y
desconectando, el simple hecho de vivir en Navaluenga es como disfrutar de
vacaciones todo el año.
Os dejamos un enlace al facebook del Ayuntamiento de Navaluenga (https://www.facebook.com/ayuntamientodenavaluenga) donde han colgado las fotos de la Feria del Melocotón además
de un video muy chulo de la misma. Mañana más, que es lunes.
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